jueves, 31 de marzo de 2011

Secuestran “armas largas” de un auto de la embajada de los EE UU

Los dos fusiles con mira telescópica estaban en un BMW con patente Diplomática estadounidense. Dos agentes de la Policía de Seguridad Aeroporturia de San Fernando, en un operativo de rutina, encontraron el armamento en el asiento trasero del vehículo. El conductor es un presunto mecánico de aviones de la sede diplomática y arguyó que venía de "cazar".


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El miércoles 23 de marzo, la Policía de Seguridad Aeroportuaria secuestró de un auto con patente diplomática de los Estados Unidos dos fusiles (uno sin declarar) durante un chequeo de rutina realizado en uno de los ingresos del Aeropuerto Internacional de San Fernando. La historia comenzó cuando dos agentes de la PSA intentaron identificar al conductor de un BMW que se negó a abrir el baúl del vehículo. Matthew Steven Hankins intentó evitar que los uniformados revisaran el auto amparado en su supuesta inmunidad diplomática, aunque argumentó que había olvidado en su casa la documentación que acreditaba ese beneficio. Sin embargo, los policías aeronáuticos advirtieron dos fundas de tela similares a las que se utilizan para guardar rifles o armas largas. “Son dos fusiles, vengo de cazar”, intentó explicar el ciudadano estadounidense con el pasaporte en la mano y un “español precario”, según consta en el informe de la PSA. Sin embargo, los policías no pudieron determinar en ese momento que el hombre contara con la inmunidad otorgada a los representantes extranjeros.

Los oficiales Giayetto y Orrico sabían que luego del intento frustrado de ingresar equipos de inteligencia y armas en el Aeropuerto de Ezeiza, el asunto debía manejarse con suma cautela. Entonces, se comunicaron por radio con el jefe de turno y esperaron nuevas órdenes. Los rayos X demostraron que las fundas tenían en su interior dos armas largas con mira telescópica. Un simple operativo de control de ingreso y egreso al aeropuerto se había transformado en un posible conflicto diplomático. La documentación de las armas no estaba.

Cerca de las 16:40, el secretario del juzgado Federal en lo Criminal y Correccional a cargo de Conrado Bergesio llegó al aeropuerto y ordenó que se tomen fotografías del BMW patente PA-6837 y de las armas. Además, se pidió informes al Registro Nacional de Armas de Fuego (RENAR) sobre los fusiles Browning calibre 325 y Tikka T3 calibre 300 secuestrados junto a dos cargadores y unas 30 balas.

Pero el incidente no pasó a mayores. El secretario del juzgado ordenó que se permitiera el ingreso y egreso de Hankins al aeropuerto de San Fernando. Sin embargo, quedó abierta una causa por violación del artículo 189 bis del Código Penal que prohíbe la tenencia de armas de fuego sin la documentación y los permisos necesarios. El delito de portación sin autorización está penado con prisión de uno a cuatro años. Un dato que llamó la atención fue que el secretario del juzgado de Bergesio, Fernando Goldaracena, no ordenara sacarle una fotografía al presunto mecánico de aviones (el acta de la PSA afirma que ese es su trabajo) que andaba felizmente con dos fusiles de caza mayor sin la documentación reglamentaria. Tal vez, la patente diplomática del BMW le brindaba la sensación de seguridad e impunidad. La realidad es que ni la PSA ni el juzgado cuentan con una imagen de la cara del empleado de la embajada.

Pero pasadas las 19 del miércoles, el teléfono de la delegación de San Fernando de la Policía de Seguridad Aeroporturia sonó. Del otro lado de la línea, un hombre se identificó como el teniente coronel Guy, de la embajada de los Estados Unidos y solicitó información sobre el altercado. El llamado se repitió con el secretario del juzgado de Bergesio. Si bien las armas fueron entregadas al juzgado y la causa sigue abierta, el magistrado dispuso que se devolvieran los fusiles a Hankins.

Según consta en los registros de la Dirección Nacional de Migraciones, el presunto mecánico de aeronaves ingresó al país el 20 de marzo de 2010 en un vuelo de Delta Airlines proveniente de Japón con pasaporte de los Estados Unidos. El acta de la PSA afirma que se hospedaría en el Alvear Palace Hotel del barrio porteño de Recoleta.

Fuentes de Cancillería confiaron a Tiempo Argentino que “la embajada no informó sobre el incidente”, sin embargo, siguen el tema con atención.

El artículo 125 del decreto reglamentario de la Ley Nacional de Armas y Explosivos ordena que el transporte “deberá efectuarse siempre por separado de sus municiones y dentro de la mayor reserva”. La norma dispone además que debe disimularse “la naturaleza” de la carga. Sin embargo, los dos fusiles fueron encontrados en el asiento trasero del vehículo, a la vista y las municiones no estaban separadas.

Las sospechas de que los Estados Unidos ingresan armas y equipos de inteligencia de manera ilegal a la Argentina se confirmaron el pasado 10 de febrero cuando un enorme avión C17 Globemaster III llegó al país con una “carga sensible” destinada a un curso de entrenamiento táctico. Pero los containers no sólo traían las toneladas de equipamiento declarado. Por orden de la presidenta Cristina Fernández, el propio canciller, Héctor Timerman, participó del operativo junto al secretario de Transportes de la Nación, Juan Pablo Schiavi. La noticia cayó como un baldazo de agua fría en los Estados Unidos. Nunca habían pensado que un país se atreviera a revisar los aviones que vuelan por los cielos del mundo casi sin controles y secuestrar su carga.

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