miércoles, 19 de enero de 2011

Crimen de Ferrugem: la lucha de un padre por ver presos a los asesinos de su hijo

A cinco años del asesinato de Ariel Malvino, su papá confía que este año habrá fecha para enjuiciar a los acusados; contó a lanacion.com que el niño que adoptó tras la tragedia lo ayuda a sobrevivir.


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Por Guillermo S. Pereira Poizón Para lanacion.com

No existe una palabra, equivalente a viudo o huérfano, para nombrar a las personas que pierden un hijo. Esa carencia es una muestra por demás contundente de lo antinatural de este trágico suceso.

Alberto Malvino mucho sabe de ese sufrimiento. El 19 de enero de 2006, su hijo Ariel fue asesinado en las playas de Ferrugem, en el sur de Brasil. A la angustia por la muerte de su primogénito debió sumarle un sinfín de contratiempos: cambios de fiscal y de juez, modificaciones en la legislación procesal penal brasilera y hasta la inexplicable dilación de la justicia local en contratar un traductor, fueron algunos de los eventos que entorpecieron el normal avance del proceso.

Pero Alberto, a pesar de su dolor y de su angustia, no perdió la confianza y hoy, a cinco años del crimen de Ariel, no oculta su optimismo por el cumplimiento en los últimos meses de lo que, según explicó a lanacion.com , constituyen "dos pasos importantes" para la causa: la declaración de los testigos por primera vez en sede judicial y la contratación de un traductor ad-hoc para el caso.

-¿Hubo avances en la causa en este último año?

-Afortunadamente sí. Sobre el final del año se cumplieron dos importantes pasos. Por un lado, el 6 de octubre pasado prestaron declaración testimonial ante la jueza Ribas Marinho [Claudia] seis testigos, cinco argentinos y un brasilero, propuestos por la fiscal Mesquita e Oliveira [Roberta]. Por otro lado, fue resuelto definitivamente el problema de las traducciones con el nombramiento de un traductor ad-hoc.

-¿Los testigos corroboraron lo que habían declarado en sede policial?

-Los testigos ratificaron, de manera contundente y coincidente, los hechos y a sus tres autores. (N de la R: en el expediente se acusa a Andrés Gallino, hoy de 31 años, de haber comenzado la agresión; a Horacio Pozo (h), de 26, de haberle pegado a la víctima una trompada desde atrás; y a Eduardo Braun Billinghurst, también de 26, de haber arrojado la piedra de 17,5 kilogramos que terminó con la vida de Ariel). Ahora bien, como los acusados no concurrieron a esa audiencia, y para evitar planteos de nulidad, se dispuso que las declaraciones de los testigos argentinos, sean ratificadas en nuestro país.

-¿La posibilidad de un juicio está más cerca entonces?

-Cumplido este trámite, sólo resta la decisión de la jueza de elevar la causa a juicio oral. Estamos en permanente contacto con la fiscal a través de nuestros abogados en Brasil y esperamos una resolución, en tal sentido, antes de que finalice este año. Por supuesto, tenemos la convicción de que habrá una sentencia condenatoria para los responsables de la muerte de Ariel.

-¿Cree que cuando el juicio tenga lugar podrá tener a los acusados sentados en el banquillo?

-En 2008, me parece, hubo una reforma del código de procedimiento penal (N de la R: la ley brasileña 11689/08) que estableció que no es obligatoria la presencia de los acusados en el juicio. Eso nos ahorra el trámite de extradición, que podría demorar más el avance del proceso, pero al mismo tiempo dificulta su comparecencia en el juicio. Lo veo complicado.

-¿Cómo han sido estos cinco años sin Ariel? ¿Cuánto los ha ayudado la adopción de Luca?

-Nuestra vida sin Ariel es muy difícil, no existen las palabras apropiadas para tanto dolor. Sólo la presencia de nuestro amado Luca y de algunos entrañables amigos nos hace posible enfrentar cada día. Y quiero destacar, si me permite, el papel fundamental que han tenido los testigos que con total compromiso se pusieron a disposición de la justicia. A ellos mi agradecimiento porque con su actitud tan responsable también nos ayudan a sobrellevar nuestro dolor.

-¿Fue a Ferrugem luego del hecho?

-Fui dos veces al lugar del hecho, y en ambos casos, parado en el mismo sitio donde fue agredido y cayó, le prometí a mi hijo que habrá justicia.

-¿Qué hará el 19 (por hoy, fecha del aniversario)?

-Como cada año, todo se volverá más cercano y será duro pasar el día. En fin, con Patricia, mi esposa, le daremos a Ariel un abrazo con el corazón.

El caso:

Ariel Malvino tenía 23 años y estaba a punto de recibirse de abogado cuando falleció en el balneario brasileño de Ferrugem, a donde había ido de vacaciones con amigos. Andrés Gallino, Horacio Pozo (h.), cuyo padre era en aquel momento subsecretario de Turismo de Corrientes, y Eduardo Braun Billinghurst, integrantes de familias tradicionales de esa provincia, están procesados por el homicidio. Los tres abandonaron Brasil a las pocas horas de producido el hecho y nunca estuvieron detenidos. Eso fue posible porque la primera jueza de la causa, Eliane Alfredo Cardoso Luis, no aceptó el pedido de prisión preventiva presentado por el fiscal, Fabio Fernández de Oliveira Lyrio. Ninguno de los dos funcionarios forma parte ya de la investigación judicial. En su declaración en Corrientes aseguraron no conocer a la víctima ni a los testigos de la causa. Pero los seis testigos que declararon en octubre último los reconocieron como los agresores.

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