Con la declaración de dos arquitectos y un ingeniero, se ratificó que las obras realizadas en el predio militar no guardaban relación con los 420 mil pesos de gastos que se rindieron. Un contador de la Comuna sostuvo que hubo “irregularidades” en el proceso administrativo del proyecto. Raúl “Tato” Romero Feris y Lucía Ortega, cada vez más complicados en el juicio por peculado.
Peritos que actuaron en la instrucción de la causa complicaron ayer al ex intendente Raúl “Tato” Romero Feris y Lucía “Lucy” Ortega en el juicio por el supuesto peculado de 420 mil pesos que debieron ser destinados a la construcción de refugios para evacuados de la inundación de 1998. Las obras revisadas no coincidían -según los especialistas- con los materiales en los que supuestamente se invirtieron los recursos.
En una nueva instancia del juicio oral y público contra Tato Romero Feris y Lucy Ortega, 4 testigos declararon ayer y complicaron aún más la situación de los imputados, acusados de corrupción en la causa denominada Santa Catalina. Ricardo Paladini (ingeniero civil), Elsie Pérez Bertolini y Daniel Puente (ambos arquitectos), todos peritos en la causa, ratificaron que el volumen de material que rindieron como comprado los entonces funcionarios municipales, por más de 400 mil pesos, no tiene relación con las obras a medio hacer que se observaron.
Javier Flores, otro de los testigos que declaró y que se desempeñó como subcontador general de la Municipalidad durante la gestión de Tato, manifestó que fue “irregular” el procedimiento administrativo por el cual se destinaron 420 mil pesos para el proyecto.
El primero en declarar fue Paladini, quien contó que fue convocado en 1999 por la Municipalidad para realizar un peritaje de los trabajos que se hicieron en Santa Cata-lina.
El testigo afirmó de manera tajante que por la magnitud de las obras que se observaron, sólo se utilizó el 2 por ciento de los materiales que hubieron de ser adquiridos.
“Según los detalles de las facturas, se compró 13.205 de bolsas de cemento, con las que se podrían haber realizado 18 de cuadras de pavimento”, especificó.
“Era una obra incompleta, no muy grande, con estructuras a la vista, cañerías sin terminar”, explicó e insistió en que “la construcción era sencilla y que no tenían relación con los 420 mil pesos que se rindieron de gastos”.
La defensa de Tato insistió con la posibilidad de que las obras hayan sido destruidas parcialmente por actos de vandalismo. Pero el ingeniero Paladini desechó esa teoría y afirmó que “las obras que se pudieron ver daban cuenta de una construcción sencilla”, que “no había rastros de violencia” y que era “una cosa hecha e interrumpida”.
Una vez finalizado el testimonio del perito y tras un breve cuarto intermedio, fue el turno de Javier Flores. En su declaración confirmó que firmó la resolución por la cual se creaba un fondo especial de 420 mil pesos para las obras en Santa Catalina.
Sin embargo explicó que la resolución autorizaba en primera instancia, sólo un anticipo por 200 mil pesos para la ex viceintendenta Lucy Ortega. Aunque la Comuna hizo uso de la totalidad del fondo.
“Primero se debieron rendir los gastos por 200 mil pesos y después recién hacer uso del resto del fondo”, dijo.
A continuación fue el turno de declarar de Elsie Pérez Bertolini, titular de la Dirección de Arquitectura del Poder Judicial, quien ra-tificó que los resultados del peritaje no guardaban relación con la cantidad de materiales que figuraban en las facturas como utilizados en el proyecto.
Por último, el arquitecto Daniel Puente, quien también integró el equipo de peritos, testificó e insistió en que los resultados del relevamiento no tenían relación con las obras que se relevaron in situ.
El juicio continuará el lunes 4 de julio con otra ronda testimonial, día en el que declararían Raúl Salazar, Laura Gracini, Silvia Montiel y Eduardo Vargas.
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